Me gusta verte feliz, sonriendo, buscando razones para seguir así; pero también me gustas mudo y terco, guapo, pensativo, incluso tierno...supongo que me gustas así.
Podría escribir sobre el mundo, pero él no me abriga los miedos en invierno, ni atesora mis sueños de los sofocos del verano, y por mucho que digan, uno sólo encuentra verdadera pasión en lo que conoce, sobretodo si todo lo conocido tiene tus ojos y tus manos.
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