domingo, 25 de julio de 2010


Entonces comenzó a reírse con fuerza, con la boca abierta de par en par y los ojos cerrados fuertemente; sus carcajadas sonaban extrañamente apetecibles y la mano de él se posó fugazmente en su rostro al mismo tiempo que ambos labios se fundían.
En cuanto sus labios se tocaron la expresión de ella cambió, abrió los ojos y lo miró incrédula, él sonrió y la volvió a besar de nuevo.


Nunca elegimos de quien enamorarnos, no podemos controlar el futuro y la vida da demasiadas vueltas para que uno pueda decir tranquilo "yo nunca". En la vida a veces tenemos que afrontar cosas que no nos gustan y pasar por situaciones en las que jamás creíste verte metida.
La vida es una historia que tú no elijes vivir, dónde la mayoría de las cosas que te pasan dependen de factores externos, dónde todo lo que te ocurre tiene que ver con la casualidad y el azar; y dónde el destino es sólo un hilo conductor que tu puedes cortar muy fácilmente.
Sin embargo, la vida logra sorprenderte de la más bella de las maneras, hace que conozcas a X personas especiales, que vivas situaciones subrealistas y que en ciertos momentos tengas que tumbarte en cama y suspirar porque sí, realmente la vida es algo que merece la pena malgastar.
Algunas personas están obsesionadas con acumular bienes materiales, otras se toman la vida demasiado en serio, unas cuentas juegan a ser perfectas, mientras que otro grupo de personas pasa de todo; y la gran mayoria aprende a vivir tropezándose, a aprender a vivir, lo cual en la mayoría de las ocasiones quiere decir aprender a equivocarse, caerse y levantarse.
Últimamente vivir me ha dado grandes satisfacciones, me ha devuelto cosas que yo creí perder en algún momento de mi vida y me ha regalado otras con las que jamás soñé contar, pero que sin duda alguna ya no quiero perder. La vida me sorprendió cuando sinceramente yo ya no buscaba nada más, cuando era una de esas personas que pasan de todo porque se cansaron de intentar ser perfectas tomándose la vida en serio; me sorprendió y me regaló un quizás envuelto en sonrisas, un quizás por el que luchar, un quizás difícil pero sin duda, un quizás que merece la pena. Y sabéis? Soy feliz con mi quizás, que no es mío. Soy feliz aprendiendo a caminar mientras de vez en cuando me tropiezo y soy feliz así, jugando a inventar historias y tumbándome a veces en cama para suspirar porque la vida supera con creces nuestros sueños.

Me gusta mi quizás...y igual algún día se transforma en un Si.

3 comentarios:

L dijo...

me encanta :)

sandocan en bicicleta dijo...

nada mejor que un quizas. siempre te deja con ganas de un si. es el impulso que necesitamos.

un saludo desde la lejania.

S♥. dijo...

La vida vale la pena,hay que vivirla a nuestra forma,aunque nos equivoquemos,vale la pena :)