martes, 28 de septiembre de 2010


-Hola, soy EQUIS, hijo del dueño de Y. Pero bueno, supongo que eso ya lo sabías porque todo el mundo me conoce, porque mi padre es muy rico y mi madre es hija de ALFA.
-Hola, yo sólo soy yo. Soy hija de mis padres; mi familia es una familia normal y corriente. Y posiblemente aunque te diga mi nombre dentro de dos segundos ya no te acordarás, porque estarás demasiado ocupado citando la primera persona del singular. Además, eso no es lo que eres.
-Ah no? Y quién soy?
-Sólo otro niño mimado que cree que lo tiene todo porque tiene dinero. Un niño que abusa del nombre de sus padres porque no ha logrado nada en la vida lo suficientemente importante para poder hacer valer su nombre. Y además, alguien que mira por encima del hombro de los demás porque cree que su traje de marca y sus zapatos de la última colección de zapatos italianos son más importante que el resto.
-No me conoces
-Es cierto, pero tú tampoco lo haces; así que cuando opinamos lo hacemos en las mismas condiciones. No hay un criterio más válido que otro.



Odio las falsas apariencias, el "yo tengo", el "mi noseque cuesta" y el mirar por encima del hombro. Odio la gente que se cree mejor que el resto, que sonríe aunque en su cabeza sólo haya palabrotas. Odio la gente que intenta quedar bien a toda consta, aquella que viola sus sentimientos y sus razones. Odio las máscaras.
Una vez quise organizar un baile de máscaras; luego me dí cuenta de que todos llevamos una máscara...a veces tan unida a nosotros mismos que lo que intentamos aparentar se caba convirtiendo en lo que somos.

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