jueves, 10 de febrero de 2011


Es el amor el que me oprime el pecho con fuerza cada vez que la distancia entre los dos se vuelve menor o igual a un escaso metro; es entonces cuando me pongo a jugar con las posibilidades a las matemáticas y por regla de tres siempre termino intentando no mirarte a los ojos, quizás porque sigo sin querer ver cómo me miran.
Y en ese momento da igual que este sobria que borracha porque siempre me quedo como de piedra hasta que te alejas un poco, y luego me fallan las rodillas por tanta inestabilidad emocional.
Más tarde, cuando ya estás a tu rollo me tiembla el labio inferior de esa forma caprichosa que sabe que los mejores besos son los que llegan al alma y quizás sólo tu sepas dármelos.

Más tarde te alejas y yo sigo allí plantada, mirando como caminas de reojo casi agarrada al aire de mi alrededor para no salir tras de ti...y esque no me gusta nada como te agarra esa chica. Y entonces desapareces y se va la alegria vital que me invadio cuando oí tu voz a mi espalda mientras fumaba aquel cigarrillo que se consumió, como yo, en aquellos escasos minutos que estuviste en mi campo de visión.

Y luego me quedo pensando en todas las cosas que pasan de un año para el otro...y ya como que me quiero ir para casa y tumbarme en cama, llorarte un poco y dormirme con esa sensacin de estar cansada ya de todo...y esta mañana despertarme con el boligrafo en la mano y la libreta en la almohada con las frases corridas de tanto llanto inútil. Y sentarme aquí, frente a la pantalla y comenzar a escribirte esto pensando en la cantidad de cosas que pienso y que no te digo porque me jodería que ya no te llegaran al alma. Y por último, acabar esta frase diciendo que el hecho de que ya no me ames hace que me plantee, mi amor, que escribirte tanta cosa sin ánimo de lucro me está volviendo demasiado transparente, casi fantasma...y por eso ya no me ves.

1 comentario:

Nerea dijo...

me encantan todas las entradas de tu blog!!!!!!!!!!!!!!