Son las tres de la tarde pero Olivia cierra los ojos con fuerza en su cama, escondida entre las mantas, haciéndose la dormida. Hoy el mundo no le importa, hoy no le merece la pena sacar sus pies descalzos de la cama y tocar la madera fría; se siente frágil, cualquier cosa la haría llorar y eso es algo que a Olivia la hace sentir desnuda, desnuda de verdad.
Cuando Olivia está triste se hace llamar a si misma Penélope, le parece un nombre más dramático y ya se sabe como es Olivia, que si lo hace no tiene medias tintas, medias luces.
Así que es Penélope la que tumbada y con los ojos cerrados seca sus lagrimas con el borde de su pijama, intentando no pensar en cosas malas, intentando olvidarse de todo...pero los pensamientos tristes la persiguen. Pobre Penélope, tan frágil que una sola bocanada de aire podría lanzarla lejos, zarandearla y ella no haría nada, sólo lloraría en silencio.
Entonces se tumba boca arriba, abre los ojos y se seca las últimas lágrimas que caen por su mejilla derecha, respira hondo y se incorpora.
Olivia ha vuelto...saca sus pies de la cama, camina descalza hacia la cocina y se sirve un vaso de leche. No piensa hacer una guerra de esto, si las cosas ocurren siempre es por algún motivo y ella no es nadie para cuestionar si está bien o no, eso ya lo dirá el tiempo.

Entonces su móvil suena, un mensaje de propaganda y ella que se siente estúpida por un momento y luego ríe con ganas de su estúpidez. Al cerrar el móvil el salvapantallas brilla con fuerza y el chico misterioso le sonríe desde la foto con ella al lado, tan sonriente...esboza una sonrisa de medio lado y susurra en bajo "si la vida te da limones, regala limonada" y camina hacia la ducha cantando aquella canción de John Mayer.

take all your big plans and brek`em, this is bound to be awhile...your body is a wonderland....(8)