Somos mounstruos de trescientos caballos,corremos demasiado rápido, el mundo es un jodido borrón, una mañana de domingo cambiando la pastilla de frenos, un montón de noches en que me pones a punto el cuenta kilómetros. Cogemos lo que nos da la gana y lo que no lo mandamos a la puta mierda; hacemos rugir los motores, porque aquí estamos y queremos que el resto del mundo lo sepa. Estamos vivos joder, y queremos matarnos a polvos.
Competimos sobre el colchón, chillamos, vamos tan rápido como nos permite el motor, siempre lo suficiente para saltarnos las reglas, pero nunca sabemos quién gana, no hay ganadores en esto, sólo hay moratones de empotrarnos contra la primera pared que encontramos.
Somos demonios, crueles, despiadados, no nos miramos, nos gusta hacerlo con la luz apagada para no vernos los miedos...tenemos la piel de cuero, el tácto de un gps, nos conformamos con poco pero lo damos todo, no dejamos margen al mañana por si acaso se nos joden las llantas.
Me acelera el sonido de tu motor, hazme morder la almohada, haz que se me arquee la espalda mientras me tapas la boca; me jodes la pintura con tus arañazos, intuyo que estás a punto de irte. Dentro el demonio se me revuelve con ganas, un orgasmo, dos, el tercero en discordia. Suenan frenazos, vamos a chocarnos de frente, grito tu jodido nombre y me corro. El motor se para, el mundo va lento, me separo el pelo, me dejó caer hacia un lado, el colchón hace un ruido sordo; todavía tengo los pies encogidos de la carrera.


Te quiero joder el motor de tanto tirar de la marcha equivocada.