martes, 17 de abril de 2012

Hace unos seis meses escribí esto, supongo que todo ha dado un giro radical pero sé que lo que sentía en ese instante era completamente real. Aquí os dejo un pedacito de alma, aunque esté un poquito caducado.


Nos aferramos a cosas, a palabras, a actos, a cualquier resquicio o parte de esa persona. Nos aferramos con tal fuerza e intensidad que no somos capaces de ver nada más que el vacio que dejaron; nos precipitamos poco a poco a él, vamos cayendo, pero parece no importarnos porque el dolor nos hace sentir seguros en su espiral de autocompasión, nos abriga y hace que lo alimentemos con más dolor todavía.
Y es que el Dolor es un mounstruo que crece en círculos viciosos, que alimentamos de cosas que no ocurrieron, promesas incumplidas y actos que ya no podemos hacer que ocurran de nuevo; lo alimentamos de pena y remordimientos y nos atrapa lentamente.
Lo sé porque yo sigo alimentando ese dolor, lo hago en círculos viciosos y me aferro a él porque me hace sentir segura, porque es la única certeza que tiene mi cuerpo ahora, que no recuerdo lo que era sonreirte.
Mido el amor que sentí por él por cada segundo de sufrimiento innecesario que he pasado durante este tiempo, sé que no es exacto, ni cuerdo, pero me reconforta sentir que pese a todo encontré el amor y que mi cuerpo lucha contra su extinción aunque eso signifique cargar con un peso muerto el resto de mis días.
No os creais que ese amor necesita que estemos juntos, mi amor por él siente que se tambalea cada vez que nos aproximamos, y crece y se relaja cuando estoy lejos, cuando sé que no le puedo hacer daño y que sigue respirando. Me siento orgullosa de no seguir siendo una tormenta en su vida, de haber dejado un remanso de paz al irme, y aunque no sea apasionado, sé que si que es amor porque es un acto completamente desinteresado.
Cuando perdemos a alguien dejamos de concentrarnos en seguir creciendo por fuera y crecemos por dentro, nos cambia la vida; y creo que ese es el único consuelo que tengo, que todo lo que me ha crecido dentro le ha dado pluralidad a lo que soy.
He cambiado desde que te perdí, no soy quien era, muchas veces sigo sin saber quien soy, pero me siento viva, viva incluso cuando las cosas van mal, viva incluso cuando no tengo ganas de nada; porque tu amor, ese amor que ya no existe, me mantiene viva.



1 comentario:

Noelia dijo...

Pues una vez más tu texto me ha dejado sin palabras..Nos han criado con la imagen de que el verdadero significado del AMOR, de esas cuatro palabras, se ve representado en una pareja formada por un chico y una chica felizmente juntos, yo no digo que ahí no este representado, solo que eso es solo otra pequeña rama y matiz del gran significado que abarca esa enorme palabra, ya que lo que tu describes aquí tambien es amor, y de los grandes...
Creo que lo grande de escribir se encuentra aquí, en poder recordar como nos sentimos en ese mismo instante, aunque ahora, aunque sean las mismas letras lo sintamos de otra forma..