domingo, 20 de octubre de 2013


No sé. Cómo lo has hecho? Pensé que nadie podía ya...

Si la literatura tiene algo bueno es que da igual que sea mi historia, siempre sentirás que después de leerla es algo tuya. Así que si te cuento que sus lágrimas son como un chute de menta en el cuerpo, puede que tú sientas lo mismo sin conocerlo.
Anoche, casi al borde de la inconsciencia abrí los ojos para mirarlo y me di cuenta de pronto que querer dormir teniéndolo al lado era algo estúpido, porque no sé tu, pero yo disfruto notando hasta cómo respira, cómo se le contrae el abdomen, cómo le dan tímidos espasmos en la pierna izquierda

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