lunes, 19 de octubre de 2009

SIEMPRE ELLA...



A veces cuando la veía seme hacía nudos en el estómago, justo igual que la primera vez que me robo un beso.

Disfrutaba escuchandola hablar sin parar de nada en especial;y me gustaba quedarme en silencio mirando cómo reía divertida del vacio absoluto...

Ella era feliz, alegre, por ninguna razón en especial y contagiaba su alegría a cualquiera que se acercara a ella, por eso cuando estaba triste era como si no brilllara el sol.

Tenía una sonrrisa pilla y unos ojos que brillaban como si fueran lucierganas.(cara de pensar)

A veces mientras hablaba con ella veía como sus facciones se relajaban, achicaba sus grandes ojos oscuros y se quedaba mirando al más allá con esa cara de felicidad.Siempre que tenía el placer de verla así, en silencioo, callada pero aún así divertida y dulce, me preguntaba en qué lugar estaría ella;y esque la veía tan feliz , tan dulce y encantada con aquella realidad paralela, que me habría gustado poder ver más allá, ver aquel paraiso del que ella disfrutaba secretamente. A veces le preguntaba que rondaba por su cabeza, nunca contestó.Tan sólo repetía "nada, pensaba sobre nada en especial" y sus ojos brillaban.

Otras veces, cuando no venía al caso, reía sin razón, sin por qué aparente, reía durante horas…con una risa natural y desordenada. Reía a carcajadas con un chiste personal, divertida de la vida...tomandose las cosas como solo ella sabía hacerlo.


Solía dejar los problemas para mañana y esperaba que la slución viniera a modo de EUREKA. Pese a todo, disfrutaba mirandola en silencio mientras pensaba o intentaba resolver algo de dificultad para ella. Mientras se concentraba y lograba encontrar algo con lo que quedarse conforme.
Solía fruncir el ceño y la boca, cerrar los ojos más de lo habitual y quedarse mirando fijamente a un punto.
Cuando encontraba la solución era todo un espectaculo, veías como se le iluminaba la cara, como aparecían en su rostro todas las respuestas.


Pero lo más llamativo de ella era cuando venían muchos vaches juntos, cuando todo el mundo se derrumbaba. Ella ponía aún más buena cara que de costumbre, reía más, hablaba más, intentaba ayudar a los demás. Y se crecía ante la situación... ella siempre ganaba; era impaciente, pero sabía esperar algunas cosas. Sabía que había malos días, que había vaches...pero ella deseaba ser feliz con todo su corazón.
Y a veces ser feliz es una actitud.

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