lunes, 25 de enero de 2010



Ella está allí, sentada, mirandole, estudiando sus movimientos, el brillo de sus ojos, las muecas que hace sin querer, las minúsculas arruguitas que surgen en su rostro cuando se ríe.
Ella sonrríe y cierra los ojos, cuando los abre está abrazada a él conternura. Lo mira con fascinación, como siempre...
Entonces ella se apolla en la pared y el se sienta entre sus piernas, apolla su cabeza en el hombro de ella. Suspira mientras mantiene los ojos cerrados. En el techo hay una ventana y la luz de la luna se filtra y le da un tenue color blanco a esa imagen.
Ella le besa la mejilla, acaricia su cara, su cuello, disfrutando de sus respiraciones, de sus muecas; sabiendolo feliz entre tantos besos. Él sonríe y se deja besar. Ella lo hace con ternura, con un pequeño espacio entre un beso y otro, besos suaves, delicados, dulces y golosos. Ella le masajea la espalda, toca sus músculos agarrotados, aprieta, afloja, tira y suelta. Y mientras sigue besando sus hombros, su cuello, su mejilla. Ella no piensa en nada, disfruta de esos besos, de dárselos...
Entonces él se revuelve incómodo y los ojos de ambos quedan frente a frente durante algunos segundos, pero ella sigue besando su mejilla, su barbilla. Entonces él aproxima su boca a la de ella, buscando ese momento en el que todavía no se ha producido el beso, ese momento de miradas complices, susurros, respiraciones boca con boca y caricias. Y se besan, se abrazan y pasan minutos. Juegan al escondite, a perderse, a encontrarse. Sonríen, se miran a los ojos,...
Y un rato despues están tumbados en el suelo, boca arriba, mirandose mientras entrelazan sus manos con suavidad, con ternura; como diciendo, aquí están tus manos, te he echado de menos.
Entonces él se queda mirando hacia la ventana que hay en el techo...

-Viste hay hasta estrellas.

Ella mira distraida.

-No las veo- dice
- Si hay dos,las ves?
-Ahora sí.
-Vaya mierda, tan solo hay dos.- dice él
-Lo que importa es que las hay, no crees?- ella ha aprendido a valorar esas cosas minúsculas, pero que están ahí.

Y se quedan sonrriendo, entrecruzando sus dedos, mirandose a los ojos. COMO SIEMPRE, COMO NUNCA...