viernes, 7 de mayo de 2010

Diez de Mayo


Querido mundo, hoy me he despertado con diecisiete años.


En este último año todo ha cambiado mucho, no sé si has sido tu o la que he cambiado he sido yo, pero te ves tan diferente a cómo eras.

De pequeña recuerdo que te miraba con dulzura, con ganas de descubrirte, de aprender aunque fuera callendome...creía que existían las hadas, los principes, la magia, que se podía hablar con los animales y que todas las personas eran buenas por naturaleza. Y era feliz corriendo por el jardín de mi casa en primavera, haciendo coronas de flores con las margaritas del jardín, machacando flores para hacer colonias que nunca olían bien y por supuesto enfadandome cuando las margaritas decían "no, no te quiere".


Recuerdo que cuidaba a mis gatitos, que en días cómo hoy invitaba a todos mis amigos y a mi familia a una fiesta preciosa y que siempre destrozabamos los árboles y las camelias del jardín. Recuerdo como me reía y si me esfuerzo puedo sentir todavía aquel tumulto de risas...

Los años pasaron, poco a poco, lentos o demasiado rápidos, entre risas, llantos, cosas nuevas, viejas...y lecciones que tube que aprender hacíendome mucho daño. Algunas de las cosas que tu me has enseñado, poniéndome todos esos baches, caminos cruzados, divididos y encontrados por el medio, han sido que, por ejemplo, lo especial nunca es llegar a la meta sino disfrutar el camino hasta ella. Otras cosas que he aprendido es a saber perder, a valorar lo que se tiene, a dejar ir las cosas cuando es el momento y a levantarme cuando tropiezo.
Sí, he aprendido mucho, me he quedado muchas cosas bonitas de todos estos años y me doy cuenta de que he crecido, de que me he hecho mayor, y no sabes cómo me asusta.

Y hoy estoy aquí, mundo, nisiquiera a mitad del camino, sin saber en que punto estoy, sin siquiera tener seguro que quiero hacer con mi vida o que va a pasar mañana, sin saber cuánto tiempo me queda, que cosas tendré que aprender, que cosas nuevas vendrán y cuales se var a ir. Y es díficil saber todo esto, saber que el tiempo pasa aunque yo no quiera y que poco a poco tengo que aprender a tomar decisiones, a elegir entre varias opciones y a valorar que es lo mejor para mí.

Estoy aquí mundo, sobre tí, tocando tu tierra mojada cuando llueve, sintiendo las rocas bajo mis pies cuando escalo deslcalza, bañándome en tu agua y sintiendo los rayos de tu amigo el Sol.
Estoy viva, muy viva y dispuesta a afrontar lo que venga, pero a veces me vuelvo pequeña y no tengo ganas de continuar. Todo ha cambiado tanto que, no puedo evitar sentirme sola...me falta tanta gente Mundo! Echo de menos hacer croquetas con abuela Lasa, jugar a hacer pocimas con mis amigos, que abuelo Antonio me pusiera mi nombre en el Dimo para que yo pegara las pegatinas por todas partes y que abuelo Camilo me haga reír cuando me llama Alex por culpa de sus dichosas cataratas.
Echo de menos eso y jugar a ser mayor con Paula, vestirnos con tacones que siempre nos quedaban mil tallas más grandes, jugar con el primo Hector a los playmóbil. Echo de menos torturar a padrino diciendole que soy del Depor para que me persiga haciendome cosquillas y luego peinarle y hacerle chichos con el poco pelo que tiene y también que me lea cuentos en cama mientras me abraza y que luego Papá viniera a besarme en la frente y a arroparme para darme las buenas noches.
Ah! Y hacer huelgas con Natalia con la pancarta del Nunca Mais porque nos mandan pronto a la cama, escaparnos al salón de noche para ver aquella serie de miedo y que mamá nos riña cuando nos pegamos.


Hoy todo es diferente Mundo, las cosas han cambiado tanto que no puedo si no echar la vista atrás. Pero he continuado adelante mundo, he seguido. He sacado mis dos piececitos de la cama, he leido mis tesoritos de feliz cumpleaños y me he puesto a llorar como una tonta. Porque teniendo tan poco me siento tan feliz? Tengo todo lo que necesito, lo tengo a ellos, a los esenciales. Y eso es suficiente...suficiente para siempre.

Ahora mundo, sólo toca seguir avanzando, aprendiendo cosas, olvidando los errores, perdonando y queriendo, queriendo con todo el corazón. Me hago mayor y cada vez soy más consciente de que algunas cosas vienen, otras se van...y las menos están ahí siempre, enseñandote a sonreir.
Me quedo con todos los recuerdos, cosas malas incluidas y por supuesto con todos esos momentos bonitos que aunque ahora ya esten un poco lejos y todo sea diferente, hacen que nazca la más tierna y dulce sonrisa en mi rostro.


Y ahora mundo, meteré mis piececitos en la cama, sin calcetines, como alguien me enseño a hacer un día y soñaré cosas bonitas. Y espero que esa persona hoy también sueñe cosas lindas, es mi regalo de cumpleaños.


Qué mayor me estoy haciendo!

1 comentario:

L dijo...

Preciosa, cada día más bonita.
Te quiero, no queda nada. Cuento días...