jueves, 25 de noviembre de 2010


Ella navegaba a la deriva dentro de aquel café cargado mientras que entre su flequillo aparecían y desaparecían unas quince ideas estúpidas por minuto, haciendo que su expresión variase a ritmos inconstantes.
Entonces él se sentóa su lado sacándola de su ensimismamiento y tendiéndole un par de terrones de azúcar. Ella lo miró con una dulce sonrisa ladeada, la primera del día, y después de meter despacio los terrones en su café, le besó la nariz y le dió las gracias en bajo.
Su cara el mismísimo reflejo de la paz y la tranquilidad, que en días como hoy la invadían dejándola completamente apartada de la realidad.
Luego, continuó revolviendo con la cucharilla el café, sin fijarse, demasiado absorta en sus pensamientos.
Él la miró un rato largo antes de atreverse a preguntar.

-Quieres que le echemos más azúcar?- le sonrió tiernamente.
-Me bañaría en azúcar si creyera que eso solucionaría todos mis problemas...-susurró como para sí mientras intentaba sonreir sin conseguirlo.
-Qué te ha hecho el mundo hoy?- le dijo intentando mostrarse serio.
-Me ha dado un par de patadas en el estómago.
-Y si pruebas a sonreir un poco? Mi día sería más bonito si tu sonrieses.- le susurró al oido, apartando su pelo, para luego besarla en al mejilla.
-Entonces sonreiré.- y su comisura se transformó en una media sonrisa.


A veces no hay nada que me haga más feliz que verte feliz a tí.

2 comentarios:

Romina dijo...

aw que "sometida", pero digo en el buen sentido, si sonries me haces feliz entonce sonrio :)


abrazotes!

L dijo...

enamoradita, me tienes abandonada.♥