domingo, 20 de marzo de 2011


Te soñé toda la noche mientras daba vueltas de campana sobre el colchón y zarandeaba el edredón de un lado a otro sin acomodarme. La almohada estubo de viaje desde ayer a las doce hasta hoy a las once y media y ahora dice que quiere descansar de tanto viaje sin ver mundo.
A eso de las cuatro me cansé de ver todo como siempre y me propuse dormir al revés, pero los mounstruos de mi armario vinieron media hora después y me dijeron que como siguiera haciendo esos trapecismos y no les dejase dormir me llevarían al circo. Así que el resto de la noche dormí encogida y con los puños apretados y te soñé del color de trigo.
En mi sueño me mirabas a los ojos con esas ganas de yo veía antes y que ahora no consigo crearle a nadie y entonces paseabas tu mano por mi espalda de esa manera que a mi me vuelve loca y hace que se me nazcan las malas ideas.

Y esta mañana despertar sin saber si sigo en tus brazos y luchar contra las pocas ganas para sacar mis pies descalzos al mundo. Y esas ganas de gritar por la ventana un simple "aaaa" desvergonzado, despertar a los vecinos y hacer que el reloj nervioso de repente diera las doce porque se acelera cuando me ve desnuda desde la ventana.

4 comentarios:

Romina dijo...

que increible manera de escribir, este texto me ha fascinado, definitivamente lo guardare entre mis favoritos,

un beso!

MoonsDream dijo...

Qué conocida sensación esa de dar vueltas en la cama con cien pensamientos volando por la cabeza. E increíble tu forma de describirla xD
Me gusta como escribes, en serio :)

Un beso!


EMME

Veritas dijo...

Creo que todos hemos tenido esa noche de dar vueltas y vueltas y no ser capaces de dormirnos...
En fin, Laura, escribes genial, me encantan tus textos :) aunque me daba mucha vergüenza comentarte jajaja pero ahora que me has comentado (muchas gracias por cierto :) ) pues no tenía otro remedio jaja :)
Un besazo! Y gracias de nuevo ^^

L dijo...

¿Y qué pasa si nos vuelve a pasar lo mismo? ¿Y si volvemos a discutir y nos decimos cosas feas? En serio que te he echado de menos, pero me cansé de jugar a estas cosas. Rectificar es de sabios. Te perdono Laura, pero me cuesta aceptarlo.

pd: gracias, tu texto también me ha gustado mucho.