domingo, 29 de mayo de 2011

Estaba en el baño, sentada en el borde de la bañera; su brazo derecho se enrroscaba en su pierna, tenía el rostro completamente ausente y se mordía el labio inferior con fuerza. No era la primera vez ni la segunda que hacía esto y sin embargo se sentía tan nerviosa que tenía miedo de no saber hacerlo, de ponerse a reír, o a llorar, o a cualquier cosa que estropeara el momento; tenía miedo de estar fea, de no ser lo que esperaba, de que la compara con otra...
Se movió lentamente hacia el lavabo y se refresco la nuca con un poco de agua. No estaba maquillada, ni bien peinada; es cierto, tenía puesto su mejor conjunto de lencería pero con eso no está todo hecho nunca.
Miró hacía el espejo y este le devolvió su imagen en aquel dulce tono dorado...año tras año había cambiado, ya no tenía aquella cara de muchacha atolondrada, ya no ponía esa voz dulce ni miraba con sueños en la mirada, tenía en el cuenta kilómetros un montón de caminos equivocados y de caídas que muchas veces dolieron demasiado, no le divertía ya ese juego de sonreír para captar todas y cada una de las miradas de la sala, ni mentía ya aunque a veces fuera lo educado. No era quien había sido y posiblemente tampoco era la que sería mañana por la mañana, pero estaba allí esperando encontrar una página en blanco en la habitación contigua, una salida de emergencia cuando no pudiera más con la realidad y alguien que pudiera verla tal y como era.
Tenía ya 26 años, ya había ganado muchas guerras, pero sobretodo había perdido muchas otras y había comprendido que era parte de la vida; otras veces grito que el mundo era injusto pero cuando la vida le sonreía ella pensaba que al fin y al cabo momentos como esos hacían que el resto mereciera la pena.
Miro la manilla del baño y se quedo sin respiración, notaba como el corazón le latía a 200 por hora, como le temblaban las piernas y ese hormigueo por todo el cuerpo...aferró el pomo con una mano y lo hizo girar lentamente mientras respiraba hondo.

Una pierna salió tras otra y él aparto la vista del televisor para mirarla de arriba abajo, estudió cada curva de su cuerpo y se quedó pasmado. Ella lo miró con esa mirada sin tapujos, esa que reza algo así como "hoy te lo voy a dar todo, aunque eso signifique que no quede nada para mañana" y dió unos cuantos pasos.
Se colocó entre sus piernas y poco a poco le aflojó el nudo de la corbata.

6 comentarios:

Eme Álvarez dijo...

guuuuuuuuuuo !!!!!!!!! joder tia yo tmbn quiero escribir cosas asi pero no me salen :( ajjaajja ! me ha gustado muchisisisissimo , es genial ! :D por cierto , creo que me perdi alguna qu eotra entrada asique ahora si tengo tiempooo leeeeeeeeeeeeeeooo ttodooooo :D te quieroo cariño!

Paul Scourgen dijo...

impresionante, realmente increible :)

Jêv. dijo...

me fascina el blog *.*

Si el corazón pensara dejaría de latir dijo...

INCREIBLE! me encanto! ♥

Mandarina dijo...

Qué bueno!!Va a tener continuación??

Sasu dijo...

WoWW! me quedé con ganas de saber como seguía! jaa :)