Desde
críos nos han educado dándole importancia a nuestras primeras veces como la
constatación de nuestros pequeños éxitos personales: se han emocionado con
nuestra primera palabra, han aplaudido nuestros primeros pasos y se han sentido
orgullosos en nuestro primer día de colegio. Nos han preparado para triunfar, y
nos han hecho sentir que crecemos y mejoramos con cada pequeña batalla ganada.
Es
curioso que nos preparen tanto para esos momentos que sólo son el principio de
algo y no nos enseñen la importancia de las últimas veces. No nos enseñan a
decir adiós a alguien que quieres, a deshacerte de tus juguetes porque ya no
estás en edad de jugar con ellos o a dejar tu colegio cuando llega la hora de
ir al instituto. Aprendemos una de las cosas más importantes solos y es
entonces cuando creo nos hacemos de verdad mayores, cuando entendemos que
hacerse mayor es, además de ganar, aprender a perder.
Nos han
dicho que diéramos nuestra virginidad a una persona especial porque es algo que
nunca podrás cambiar, pero se han olvidado de decirnos que entregáramos nuestra
vida a alguien por el que merezca la pena madrugar cada lunes. Nos han dicho
cómo enamorar a alguien y no nos han explicado cómo no romperle el corazón
cuando nos vamos, cómo saludar a una persona al conocerla pero no cómo duele
que te digan adiós. Hemos apuntado la primera vez que besamos a alguien y nos
hemos olvidado de apuntar el último beso que nos dieron, y lo más importante,
de disfrutarlo.
Igual
deberíamos de disfrutar cada puto minuto como si nos fuera a arroyar un tren de
mercancías y olvidarnos de cómo empezó todo para poder disfrutar lo que hemos
conseguido.
En lo
que al Amor respecta, ese hijo de puta que hace siempre lo que le da la gana,
creo que la reflexión es muy simple.
2 comentarios:
Precioso! Y cargado de razon!
Yo creo que el mejor amor no tiene por qué ser el último, supongo que eso depende de cada persona. Y es imposible irse sin romperle el corazón a la otra persona. Pero como tú dices, eso nadie nos lo enseña, porque tenemos que aprenderlo por nosotros mismos...
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