viernes, 26 de febrero de 2010

puertas abiertas


¿Qué siento o que tego dentro? Angustia, dolor, miedo, inseguridad, furia, ganas de llorar, de salir corriendo, de chillar y dejarme los pulmones para decirle al mundo que hoy, que ahora, yo no me encuentro bien. Pero, como siempre, de mis pulmones sólo sale aire a borbotones, pequeños suspiros quejumbrosos, tímidos, sin ganas. Dónde este en ese momento da igual, todo ocurre siempre de la misma manera. La vieja herida se desgarra y sangra de nuevo y yo, incapaz, salgo corriendo lo más rápido que puedo de allí, cómo si no logrará respirar, cómo si me pudiera faltar el aire, cómo si de alguna manera mis pies actuaran con voluntad propia. Me gustaría despedirme, decir algo o al menos darme media vuelta para decir adios cuando me preguntan porque me voy, pero en ese momento mi mente está en blanco y con la mano en el pecho y el pecho vacio salgo de allí sin ganas de mirar para atrás. Cada paso que doy me siento más consciente del momento, aveces me gustaría que alguien corriera tras mí, pero entiendo que en realidad esos momentos son mucho más esenciales de lo que en apariencia puede verse. Es el encuentro conmigo misma, con mi esencia, ver mis debilidades, razonar, verme. Así pues, camino unos pasos y al doblar la primera esquina siempre me paro, me apollo o siento y barajo dos posibilidades, volver o seguir, siempre escojo la segunda, incapaz de regresar por miedo al qué sentir. Y camino, camino y camino sin rumbo fijo, hacianinguna parte, sin pararme a mirar mis pasos o la gente a mi alrededor, noto la humedad en mis ojos y siento como me miran,pero verdaderamente lo único que me pregunto es qué verán en mis ojos, el amor que he sentido o la tristeza de ese momento; por la manera en cómo me miran, creo que más bien lo primero. Entonces llega el momento de regresar a casa, las lagrimas se han esfumado milagrosamente, subo las escaleras y el ahogo y el tedio insoportable van desapareciendo. Entro en casa, no saludo, llego hacia mi habitación, apago la luz, cierro la puerta y me siento en el suelo. Sé que no voy a poder llorar, que no voy a sentir esa necesidad, que simplemente miraré a mi alrededor, allí, en la oscuridad. Y esa oscuridad sé que simplemente es un sentimiento patologico que dice "si no lo ves no existe, dónde estás, quién eres, qué ha pasado...nada importa, sólo quién eres y qué quieres". Y allí sumida en la oscuridad descubro cosas como que todo movimiento tiene un ruido, incluso el alboroto de un pelo, el incesante toque de pesatañas, la respiración. A veces incluso oigo mi corazón, el palpitar de la sangre contra mi piel, ruidos a lo lejos de la ciudad...y entonces todo calla y me levanto. Apartir de ahí pueden suceder muchas cosas, pero siempre, con la oscuridad de la noche, entre sueños y con la luna y su luz acariciando mi cara, el llanto volverá a desatarse, irremediablemente. Soy un ser sensible, mucho más de lo que en apariencia dirías, soy frágil, efímera, cálida....y esto es lo que siento, cada palabra, letra por letra, linea a linea...soy capaz de decirlo, desde el corazón, pero nunca a viva voz. Esto me pasa con todo, no puedo decir lo que siento, por muy esencial que sea, puedo darte una idea, pero jamás reproducirte esactamente lo que dice mi corazón, porque a veces pronunciar algo es dificil, es entrar en conciencia de lo que verdaderamente hay. Pensar algo es fácil, decirlo no. Es como si fuera un cuento y tuviera miedo a que el encantamiento se rompiera y sólo quedará en un par de palabras dichas a viva voz. Me gusta escribir lo que siento, dejar constancia, poder dar algo que puedas conservar y volver a vivir de nuevo, veces y veces sin que pierda la esencia, para mí eso es un fragmento de papel; pero entiendo que tu quieras oírmelo decir, y te prometo que algún día te abriré mi corazón, pero dame tiempo...lo bueno se hace esperar.no?

1 comentario:

L dijo...

Exacto, todo lo bueno se hace esperar :)
Te echo de menos, igual a mi♥